Lo dice dos veces en un comunicado de 30 páginas: "Nada de carne de cerdo ni de vacuno". La cantante Nelly Furtado (31), que toca el 22 de marzo en el capitalino Movistar Arena (recinto donde anoche se reabría la agenda de conciertos con Dream Theater, está a días de llegar a Santiago y aclara de entrada sus preferencias culinarias. La mujer que apareció en el mapa con I'm like a bird, en 2000, es vegana y por eso pide que hasta los cubiertos no se mezclen con las carnes mencionadas. "Sólo productos vegetales, además de agua y maní", se lee sobre un menú pensado para 25 personas, que es el número total de asistentes que requiere su espectáculo y que arriba el domingo 21 para quedarse hasta el martes.

Furtado, que debutó en Chile en el Festival de Viña de 2008, llegará junto a 10 músicos y tomará la suite presidencial del Sheraton San Cristóbal y los productores no descartan que pueda visitar a alguna institución que esté abocada a la ayuda de las víctimas por el terremoto.

Porque la coyuntura local parece haber golpeado fuerte a la canadiense. Dicen que ella quiere "darle un sentido especial" al concierto y que quiere evitar que Santiago sea sólo un destino más en la escala regional del Mi plan tour 2010, que parte esta noche en Guadalajara, México. De ahí que ya confirmara un primer gesto de solidaridad con un país todavía gobernado por el miedo: donará el cinco por ciento de lo recaudado en su recital para ayudar a los damnificados por el terremoto del 27 de febrero pasado (entradas de $ 14.400 a $ 63.000 a través de Feriaticket).

Lo confirma la productora DG Medios -que reporta haber vendido cinco mil de los 10 mil tickets puestos a la venta para el show- y también el sello Universal, que fue el primero en acusar recibo de la intención humanitaria de una cantante que, además, accedió "inmediatamente" a la petición de la disquera local de grabar un mensaje y enviarlo para que se emitiera durante la pasada teletón Chile ayuda a Chile.

Allí se vio a la intérprete junto al equipo de músicos y bailarines que la acompañará en Santiago y en el contexto de un show de alto vuelo. Amaru Parra, encargado del montaje técnico, detalla que son seis las pantallas que se ocuparán en escena: una central ubicada al fondo, dos laterales y otras tres ubicadas en cada una de las tarimas que se pondrán en el escenario. Se esperan tres cambios de vestuario, un complejo diseño de iluminación y que el proceso de armado dure más de un día. "Es un show simple, en comparación con otras grandes producciones, pero siempre con estándar de primer mundo", explica Parra.